martes, 3 de marzo de 2009

Necedad


La mujer ha sido considerada por el hombre como un ser sustancialmente diferente a él, casi siempre inferior, moral e intelectualmente. No es difícil encontrar inscripciones misóginas en cualquier arruga del tiempo, antigua, joven o naciente. El poeta inglés Alexander Pope (1688-1744), aún más condescendiente con el otro sexo que la mayoría de sus contemporáneos y autor de una famosa sátira que celebra la estupidez, escribía: Most women have no character at all [La mayoría de las mujeres no tienen ningún carácter] (Moral Essays, II). Sin embargo, la mujer, es frecuentemente utilizada por el hombre como coartada de sus aflicciones y justificación de sus debilidades. Ejemplo de un inventario infinito, un hombre, ante una botella casi vacía de Jack Daniel's, maldice y culpa a una mujer de los tragos que se mete entre pecho y espalda; quizá tuvo algo que ver con que su primera relación con el mundo fue la bebida.
La bêtise n’est pas mon fort [La necedad no es mi fuerte]: Paul Valéry (1871-1945). La soirée avec Monsieur Teste.

Imagen: Holger Trülzsch. Ejecutivo con revista porno (cibachrome 120x120 cm)

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